miércoles, 14 de febrero de 2018

"Jueves" 18 de febrero *1930*, se descubre Plutón

En efecto, el 18 de febrero de 2018, se cumple el 88avo aniversario del descubrimiento de Plutón, realizado por el astrónomo Clyde Tombaugh: 
(https://en.wikipedia.org/wiki/Pluto#Discovery),
(https://en.wikipedia.org/wiki/Pluto).


Para todos los que nacieron antes del 2006, como yo (1943), Plutón fue el noveno planeta del Sistema Solar, pero luego de aquel año fue recalificado como miembro de una nueva categoría de objeto celeste, la de Planeta Enano:
(https://www.iau.org/public/themes/pluto/).

¿Quiere leer un "verso libre" de Marie Lissete Alvarado, sobre Plutón y sus satélites?
Visite entonces esta entrada:
La venganza de Plutón: 

https://cienteccrastro.blogspot.com/2012/07/la-venganza-de-pluton.html


¿Quiere leer un cuento fantástico de ciencia ficción, ambientando en este planeta enano y su satélite mayor?
Entonces siga leyendo.

De Caronte a Plutón en seis horas
Es uno de los 6 cuentos del libro "Chindo y Maura con otros cuentos", de Marie Lissette Alvarado y José Alberto Villalobos.
EdiNexo, 2015. ISBN: 978-9968-557-97-9.
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Es el año 2484, específicamente el 9 de setiembre, de acuerdo con el calendario Gregoriano, que usamos en la Tierra.
Plutón está en su segundo perihelio, desde su descubrimiento el 18 de febrero de 1930.
Hoy se realiza el primer viaje de pasajeros de la cápsula Nix, una burbuja de cinco metros de diámetro, acondicionada para cuatro pasajeros.
La Nix se desliza casi sin rozamiento, confinada dentro de un largo tubo cilindro transparente, desde el ecuador de Plutón hasta el ecuador de Caronte, en solo seis horas.
Ajustada al tubo guía, la Nix es impulsada por diferencias de presión entre la parte trasera y la delantera, y una potente turbina de jet que provee un impulso adicional, si fuera requerido. El sistema es similar al que se usaba a finales del siglo XX para enviar documentos y dinero entre diferentes terminales de una oficina bancaria, cuando aún se imprimían en papel, documentos y billetes. El viaje es silencioso, pues casi no hay fricción con el tubo que conecta a Caronte con Plutón.

Llegué a Caronte hace un mes, el viaje desde la Tierra, para humanos sigue tardando más de 9 años, casi lo mismo que tardó la sonda robótica New Horizons, a principios del siglo XXI. Por eso y lo hostil de las condiciones ambientales, no hay más de cinco terrícolas aquí, sólo para que supervisemos el funcionamiento de algunos programas, todo es automatizado y controlado mayoritariamente desde la colonia de humanos en el satélite Ganímedes de Júpiter.
Si uno no establece desde el principio algún tipo de amistad con algún cosmonauta, compañero de trabajo, o no mantiene comunicación frecuente con la Tierra, la estadía prolongada, se convierte en una aburrida rutina. Pero hay mucho que hacer como ingeniero; además de estudiar y hacer mucho ejercicio físico todos los días, pues la gravedad en la superficie de Plutón es apenas seis centésimas del valor en la Tierra, y en Caronte solo llega a la mitad de este valor.

Lo mejor de todo en este trabajo, está en el regreso, que iniciaré dentro de cinco meses; pasamos por colonias en TritónMirandaTitánEuropa y Fobos, cinco meses en cada sitio y finalmente a la Tierra. Ningún cosmonauta repite el viaje, que  de ida y regreso tarda 35 años. En este trabajo solo aceptan ingenieros electromecánicos recién graduados, de unos 25 años. El entrenamiento específico ocurre durante el viaje, si sobrevivimos llegamos de regreso a la Tierra, justo para pensionarnos.

El radio de la órbita casi circular de Caronte, alrededor de Plutón, es de 19 571 kilómetros, por lo que la distancia entre los centros del planeta enano y su satélite mayor no varía.
Si aplicamos la relación simple para encontrar el centro de masa de estos dos cuerpos (masa x distancia = Masa x Distancia), encontraremos que ese punto está a 2 042 kilómetros del centro del rey de los enanos. Este punto está más cercano a Plutón, y fue muy importante para los ingenieros y técnicos espaciales, cuando realizaron el diseño y construcción del tubo espacial para la Nix y así definir la posición de los anclajes de estabilización, y el tipo de materiales, que fueron producidos en minas y fábricas en Plutón y en Caronte.

Me han dicho que, durante este viaje, la vista de las estrellas y los planetas cercanos es bastante buena, gracias a las ventanas panorámicas de la Nix. Destaca el distante, aparentemente pequeño, pero muy brillante Sol y, desde luego, la Vía Láctea, no importa mucho si es de noche o de día, porque la iluminación diurna, tanto en Plutón como en Caronte, es como la del crepúsculo en la Tierra.

En la Nix hay cuatro asientos emparejados, colocado en el centro de la cápsula, enfrentando la dirección del viaje, en este caso Caronte-Plutón. A ellos se accede por estrechos pasillos, por la izquierda, o por la derecha, del lado de las ventanillas. Son asientos muy cómodos, con suficiente espacio para poder acostarse y dormir.
Durante el “vuelo” se pueden solicitar bebidas y otros alimentos que los prepara un chef robótico, cuyo centro de catering está convenientemente en el nivel inferior y llegan a nosotros por medio de un “dron”. Allí también está la bodega de equipaje y el sistema de giroscopios que mantiene los asientos correctamente orientados.
Durante el viaje la cabina está presurizada a una atmósfera y aclimatada a una agradable temperatura de veinticinco grados Celsius, a pesar de que en el exterior tanto en Plutón como en Caronte es tan baja como doscientos dieciocho grados bajo cero.
No se requiere traje espacial, excepto para salir a Plutón o a Caronte, en las dos terminales (nixipuertos), denominadas Hidra y Stix , respectivamente, pero en realidad, tanto en el planeta como en su satélite, todos los traslados se hacen en un tren, con un vagón totalmente acondicionado para humanos.

La distancia superficie a superficie que debe viajar la Nix es 17 781 kilómetros, un poco menos que lo recorrido en un vuelo de ida y regreso San José - París, a lo largo de un círculo máximo de la Tierra.
Los terrícolas establecimos colonias de robots en Plutón y Caronte, desde el año 2 943. La tecnología espacial permitió arrear gravitacionalmente algunos asteroides, ricos en minerales, lo que permitió una boyante minería para suplir sus fábricas. El agua, el oxígeno y el nitrógeno para fabricar “el aire acondicionado” que necesitamos, se extrae localmente de los eternos hielos y el tibio océano interior que hay en Plutón. La fuente de energía para todo es nuclear.

Hoy inicia mi segundo viaje de supervisión a Plutón, que juntaré con una especie de vacaciones o paseo de 72 horas, como un medio día plutónico. Este “vuelo” es el Nx-8h, mi asiento es el 4-A y estoy colocando mi equipaje de mano bajo él, cuando veo avanzar por el pasillo de mi lado, una hermosa rubia que nunca antes he visto, un poquito más alta que yo, pero aparentemente de menor edad, viste un traje largo de color negro y tiene su pelo liso simplemente recogido con una hermosa peineta plateada, no lleva equipaje de mano, es imposible dejar de verla y admirarla.

No sé quién es, pero solo puede ser una ingeniera como yo, a menos que mis años de soledad me estén provocando alucinaciones celestiales.
Llega a mi lado mirando la colilla de su número de asiento y yo solo atino a decirle:
-Le gustaría este asiento. Y ella con una sonrisa me contesta.
-No gracias, prefiero el 4-B, porque es mi asiento asignado. Da la vuelta por detrás y se sienta pausadamente en su sitio.
-Me digo a mí mismo, pero en silencio, que suerte será mi compañera de viaje, luego me di cuenta que solo viajamos nosotros dos.
Termino de sentarme, mirando de reojo a la hermosa mujer. Ambos permanecemos en silencio por varios minutos, hasta que comienzan a ejecutarse las maniobras de despegue.
Bajo la solapa de su blazer, asoman tres letras de su nombre; Gyn…, y como no puedo ver el resto la llamaré simplemente Gyn. Parece que está nerviosa, sobresaltada y con sudor muy frío en sus manos, su corazón palpita más rápido y más fuerte que lo normal, la cercanía me permite escucharlo, como si tuviera mis oídos pegados a su pecho, ¡quien no quisiera!
En un momento me dice.
-Nunca he podido estar calmada durante las salidas y las llegadas, desde que leí en la biblioteca de mi bisabuelo, un libro sobre el accidente del Challenger en 1986. Es curioso, pero se me olvida que este no es un viaje impulsado por cohetes, como los que usaban los transbordadores espaciales a principios del año 2000.
Y tiene razón de no estar tranquila, a nuestras espaldas los compresores del nixipuerto y la turbina de la cápsula provocan una fuerte vibración en la Nix, pero nos han dicho que eso es solo rutina pasajera, sin peligro.
Gyn acerca tímidamente su cabeza a mi hombro derecho, entonces me vuelvo hacia ella, la abrazo y le doy un prolongado beso en sus labios, que acepta sin protesta. Parece que produce en ella un efecto calmante en su estado de ánimo, una sensación de seguridad, o al menos de compañía cercana.
Seguimos así por más de quince segundos, hasta que las vibraciones desparecen y estamos a punto de alcanzar la rapidez de crucero de la cápsula.
Nos volvemos a ver, sonreímos, juntamos nuestras manos; su izquierda con mi derecha ya no suda, pero aún está fría y siento el pulso de su corazón, como si lo tuviera en mis manos para pasarle un poco de mi calor.
Reclinamos hacia atrás los asientos e iniciamos una larga etapa de reposo, con la cara de uno hacia la del otro, pero los ojos cerrados, sólo mirándonos con la imaginación y, sin pronunciar palabra, comenzamos a imaginar lo que sería nuestro futuro inmediato, -bueno, al menos yo-.
Quizás ambos esperamos que, en los siguientes 330 minutos del viaje, algo bueno, para recordar siempre, pueda suceder…

En el lado de Caronte, el lugar de los tres puntos de anclaje para el tubo se decidió encontrando la posición donde sus respectivos campos gravitatorios son iguales. Resultó a 4 367 kilómetros de Caronte y desde allí parten los cables estabilizadores.
En el siglo XXV, lo que se puede llamar “ingeniería civil espacial” está en la cúspide de su desarrollo, lo mismo que la ciencia de materiales, dejando totalmente atrás lo que imaginaron mis antepasados del siglo XX cuando se publicó “Buck Rogers”.
La construcción de este “puente colgante” entre Plutón y Caronte, la hicieron robots ensamblados en China, en solo año y medio.
Cuando llegamos a este punto ocurre un poco de vibración moderada, Gyn... se despierta e instintivamente aprieta mi mano.
- Oh, disculpa me dice, estaba en medio de un agradable sueño, del tipo “mil y una noches”, acabo de regresar, no sé de dónde.
- Es “turbulencia” le digo, como para calmarla con una broma.
- ¡Qué chistoso, eso no ocurre en el espacio!
- Bueno, sí…, a ciertos terrícolas sí les pasa.
- En cierta manera, comencé a sentir vibraciones en todo mi cuerpo desde el primer momento en que te vi, y la amplitud de las ondas que han estado recorriéndolo, apenas se están calmando, como parece que está ocurriendo con esta burbuja-.

El centro de masa del sistema P-C es el centro de rotación de los dos cuerpos, que dan vuelta con períodos idénticos: 6,38 días terrestres. Esa es la duración del día, tanto en Plutón como en Caronte, pero debido al doble acople gravitacional entre ellos, siempre miran uno hacia el otro, como dos enamorados bailarines que ejecutan su danza fuertemente asidos de sus brazos.
Nuestro viaje sale de día de Caronte y llega de noche a Plutón, en solo seis horas.
Al igual que con la Tierra y la Luna, sus fases son opuestas. Ahora que Plutón está casi en fase nueva, Caronte está casi en fase llena. Pero hay una interesante diferencia; desde la Luna se ve la Tierra rotando sobre su propio eje. Pero en el caso de Plutón y Caronte esta rotación como trompo no ocurre, los vemos estáticos con los mismos dos lados enfrentados, lo único que se ve girar desde cualquiera de los dos cuerpos, son las estrellas de fondo. Como un niño en un carrusel que mira fijo a otro que está al otro lado, y a sus padres que están afuera girando alrededor.

El viaje inició a las 9:00, hora solar de Caronte (21:00 hora solar de Plutón), han transcurrido dos horas de viaje y Plutón se observa alto y enorme en el cielo casi en su fase nueva, muy cercano al Sol. Desde la Tierra, la Luna nunca se puede ver así, excepto durante un eclipse.
Apunto hacia la ventana y le digo a Gyn:
- Mira, parece que va a ocurrir en eclipse solar. Y ella, con una pícara sonrisa dibujada en su rostro me responde.
- No es un eclipse, es una ocultación, el Sol desde aquí se ve muy pequeño, pero su magnitud visual es -19, miles de veces más brillante que Venus, necesitaremos anteojos protectores.
Gyn saca de su cartera dos anteojos con filtro U-V y me da uno.
- ¿Sabías que esto iba a ocurrir y venías preparada?... ¡con dos anteojos solares!
- Si…, nunca se sabe cuándo un simple aparatito te hace el día.
Contemplamos la inmersión del Sol tras Plutón, y nos divertimos un rato tratando de calcular en cuánto tiempo emergerá por el lado opuesto. Me llama la atención los conocimientos de Gyn... sobre Astronomía.
¿Quién es esta inteligente, culta y bella mujer?, me lo pregunto varias veces, en silencio.

Hemos llegado a la mitad del viaje, el tubo con la Nix empiezan a mecerse suavemente, como si fuera un péndulo sostenido por dos cuerdas, nos habían dicho que eso sucedería durante unos 15 minutos, no hay por qué alarmarnos.
El Sol está ahora del otro lado de Plutón, nos perdimos la emersión, seguro estábamos medio dormidos.
Más adelante parece que el tubo está dentro de una leve nubosidad, pero esto no puede ser.
Bueno sí, la guía automática de vuelo nos explica que estaremos atravesando, durante cinco minutos, la “coma” de un cometa que se dirige al interior del Sistema Solar. Aún está muy lejos del Sol, pero su incipiente atmósfera de diminutas partículas de polvo y gas, lo más cercano a la nada, se nos atravesó en el camino. Desde luego, no se forman meteoros en el vacío entre Caronte y Plutón, solo nos parece estar dentro de un tenue velo que ha cambiado levemente la transparencia normal del diáfano espacio que nos rodea.

Seis horas después, estamos llegando, de noche, puntualmente a Plutón.
Comienzan las vibraciones, Gyn... y yo nos abrazamos de nuevo, pero sin beso.
-Ya se le quitó el miedo, ¡qué lata!
En realidad, el descenso en el ecuador de Plutón es muy suave, como una lenta caída con un paracaídas muy grande.
¿Tengo que averiguar hacia dónde va Gyn? Necesito saber si regresa a la Tierra, tiene que hacer un trabajo de supervisión, o qué.
Yo había planeado que, en mis primeras horas en Plutón, justo al llegar y antes del trabajo, tomaría el tren que da la vuelta a lo largo del ecuador. Es un tren de levitación magnética, como el antiguo Maglev de Shanghai, que permite bajarse en cuatro estaciones, visitar planicies y montañas y, continuar casi cuando quiera. Bueno, no visitar en el sentido que normal; todo esto hay que hacerlo sin salir del vagón-hotel del tren, que permanece estacionado por seis horas, hasta que llega el siguiente tren, solo se puede mirar por las ventanillas, tomar fotos, estudiar, hacer ejercicio, comer y dormir.

Gyn y yo nos estamos colocando los trajes de astronautas, para pasar de la Nix, al nixipuerto en Plutón y para mi mala suerte, contesta la pregunta que ha estado dando vuelta en mi cabeza; me dice:
-Durante las siguientes cinco horas, mientras llega el nuevo día en este lado de Plutón, voy a hacer la revisión del complejo Cerber-7 y cuando termine tomaré el tren ecuatorial, porque me interesa visitar de día esa región.
¿Y tú, cuáles son tus planes?
Parece que sus intenciones son que siga con ella.

Mi falta de conocimiento me dejó mudo, había planeado mi vacación y mi trabajo, justamente de forma opuesta a Gyn. 
¿Y qué podría yo ver de noche?
Quedaba entonces una oportunidad de permanecer justo a ella, que ambos nos acompañáramos a nuestros respectivos trabajos, durante muchas horas y que Gyn... quisiera permanecer un tiempo más en Plutón, cuando terminemos.
Solo que este lado del enano volvería a estar de noche, pero bueno, el lado puesto estaría de día, no está tan mal, una noche y un día plutónico juntos… Tengo que preguntarle.
Pero la suerte no me había abandonado del todo, parece que lee mis pensamientos, ¿me estará conduciendo?

Se me adelanta y dice:
- ¿Quieres venir conmigo a “Cerber-7”? Juntos podremos hacer mi trabajo en menos tiempo, y cuando terminemos yo te acompaño a “Cerber-9” y te ayudo con lo que tengas que hacer allí
No podía creer mi suerte, aunque tuve la duda de como supo hacia donde me dirigía. Claro que acepté, aunque no sepa que tendría que hacer allí, supongo que algo similar al trabajo que yo hago.
Ambos tomamos el pequeño taxi-tren hacia nuestra primera labor conjunta de supervisión.
Es curioso, Gyn no tiene el código de acceso para entrar al complejo C-7 y me pide que yo use el mío. ¿Será compatible?

Entramos e inmediatamente Gyn comienza a destruir todo el equipo de cómputo que encuentra, lo hace con solo sus manos. No está simplemente dañado el software, está realmente haciendo pedazos todo el hardware que se le atraviesa, junto con otro equipo que no es precisamente de cómputo. Ahora se dirige al reactor nuclear de Plutonio enriquecido y retira las barras moderadoras, parece que provocará una reacción en cadena desbocada, sin control, para producir un desastre nuclear equivalente a la detonación de una docena de bombas atómicas, Plutón y Caronte serán destruidos, con todo lo que hemos construido allí.

Yo aun no comprendo del todo lo que sucede, ¿por qué la bella y talentosa mujer de la que estoy enamorado actúa de esa manera?
Pero parece que Gyn si lo sabe, y está dispuesta a terminar pronto con su misión, que evidentemente incluye acabar con mi vida.
Ocurre una primera explosión y el C-7 pierde la mayoría de sus paredes y techo, el vacío y la baja temperatura actúa de inmediato quitándome la vida en forma instantánea, sin dolor.
Si pudiera ver lo que sigue vería que Gyn también se congela en muy poco tiempo, el hermoso cuerpo que admiré se rompe en miles de pedazos, como boronas de mercurio sólido y en una de ellas, al fin se podía leer su nombre completo, Gynoid T-X.


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